#️⃣ ¿De quién es este mundo? Lecciones de un colombiano inmigrante que decidió aprender y no esperar | Luigi Torres
¿De quién es este mundo? Lecciones de un colombiano inmigrante que decidió aprender y no esperar
El precio de esperar y el valor de aprender. ¿De quién es este mundo? ¿De los que aprenden o de los que esperan?
Como en todas partes del mundo, hay dos tipos de personas: los que aprenden. Y los que no.
Los primeros no necesitan títulos, diplomas ni certificados. Simplemente aprenden porque quieren entender cómo funciona la vida, porque saben que si logran desenvolverse, pueden ir abriéndose camino sin depender tanto de otros. No buscan ser los mejores, solo ser capaces. Y eso ya es muchísimo.
Los segundos… bueno, los segundos van por la vida como zombies vivientes. No aprenden nada, no preguntan, no se atreven. Simplemente esperan que el mundo se acomode a su favor. Que las soluciones lleguen solas. Que alguien más les resuelva la vida.
Y a veces, sinceramente, me pregunto: ¿de quién es este mundo?
A veces quiero pensar que de los primeros. Que quienes se esfuerzan, se cuestionan y aprenden llevan la batuta. Pero en otros momentos, veo tanta ignorancia, tanta indiferencia, tanta estupidez glorificada, que me convenzo de que son los segundos los que están ganando terreno.
Pero bueno… ese será un tema que abordaré en otro post.
Hoy quiero contarles una anécdota muy sencilla, pero reveladora. De esas que uno vive como latino, como colombiano, viviendo aquí en Estados Unidos.
Resulta que un americano muy amable quiso enseñarme cómo preparar un pavo correctamente. Me explicó con detalle cómo adobarlo, cómo ponerlo en una cava para que tomara sabor durante al menos 24 horas antes de meterlo al horno. Todo un ritual, con sus tiempos, técnicas y trucos familiares.
Pero lo curioso vino después. Me confesó que conocía varios estadounidenses que, a pesar de haber celebrado más de 30 Thanksgiving en su vida, aún no sabían cómo preparar un pavo. ¡Treinta años de cenas y nunca aprendieron!
Y sé lo que estás pensando: “No puede ser… ¿Cómo alguien que ha vivido toda su vida en Estados Unidos no sabe preparar un pavo?”
Bueno, con calma… Que también hay colombianos que no saben preparar arroz. Así que no vayamos a señalar a nadie tan rápido.
Hay colombianos que no saben hacer una buena picada, ni unos espaguetis decentes, y hasta le tienen pánico a la cocina. A pesar de los miles de tutoriales, recetas, instrumentos y ayudas que hay hoy en día, hay gente que simplemente no se atreve a aprender.
Y no solo en la cocina. Conozco personas que han tenido carro toda su vida… y aún no entienden cómo funciona un carro. No saben cuándo cambiar el aceite, qué significa una luz en el tablero, o cómo revisar una llanta. Solo conducen y esperan que todo ande bien.
Así vamos por la vida, creyendo que el mundo debería funcionar a nuestro favor, sin detenernos a aprender lo más básico.
Y no hablo de aprender para ganar dinero, ni para conseguir un empleo, ni para recibir un premio. Hablo de aprender para vivir mejor, para resolver lo cotidiano, para ser un poco más libres.
Porque quien sabe desenvolverse, avanza. Quien no, se estanca esperando que alguien lo empuje.
Y tú, ¿de cuál tipo eres?
1. El encuentro con el pavo y una lección inesperada
Hace algunos meses, un vecino estadounidense se ofreció a enseñarme cómo preparar un pavo al estilo tradicional para el famoso Thanksgiving. Yo acepté feliz, porque aunque uno ve esas celebraciones en las películas, vivirlas en carne propia es otra cosa.
Me explicó con calma cómo preparar la salmuera, cómo adobar el pavo, cuánto tiempo dejarlo marinando, cómo manejar los tiempos de horneado... una verdadera clase de cocina americana que me hizo sentir bienvenido.
Al final, entre risas y anécdotas, me confesó algo que me sorprendió:
“Conozco estadounidenses que han celebrado Thanksgiving por más de 30 años y aún no saben preparar un pavo”.
Me quedé en silencio. Pensé: “¿Cómo puede ser eso posible?”
Pero luego, una parte de mí lo entendió… Hay personas que simplemente nunca se han interesado por aprender. Y no solo pasa aquí. En Colombia también hay personas que no saben preparar arroz, manejar una moto o hacer una vuelta sencilla en una entidad pública. No porque no puedan, sino porque no quieren aprender. Y ahí está la clave.
2. Aprender no es solo para tener diplomas
Muchos creen que aprender es solo ir a la universidad o tener certificados colgados en la pared. Pero aprender, en su esencia más pura, es mucho más que eso.
Aprender es entender cómo funciona tu entorno para poder moverte con más libertad. Aprender es saber cómo sobrevivir, cómo protegerte, cómo comunicarte y cómo crecer.
Como inmigrante colombiano en Estados Unidos, me he visto obligado a aprender cosas que en mi país nunca necesité:
-
Cómo llenar formularios en inglés.
-
Cómo abrir una cuenta bancaria sin papeles.
-
Cómo evitar estafas laborales que solo buscan aprovecharse del inmigrante recién llegado.
-
Cómo aplicar a trabajos sin experiencia en este país.
-
Cómo interpretar leyes migratorias que cambian con cada presidente.
Y aunque al principio sentía que me estaba ahogando en un mar de cosas nuevas, con el tiempo me di cuenta de algo poderoso: aprender te da poder.
El poder de defenderte.
El poder de avanzar.
El poder de no depender.
3. Los que aprenden vs. los que esperan
Desde que llegué, he conocido todo tipo de personas en la comunidad latina.
Unos que preguntan, que se informan, que estudian, que investigan, que intentan... aunque se equivoquen.
Y otros que solo se quejan. Que esperan que “el gobierno haga algo”. Que creen que “Dios proveerá”, pero no se mueven. Que esperan un milagro sin hacer ningún esfuerzo.
Con tristeza he visto cómo algunos amigos se quedan estancados, esperando que las oportunidades toquen a su puerta. Mientras otros, sin títulos ni papeles, van aprendiendo a cortar cabello, a hacer delivery, a montar su propio emprendimiento o a hablar inglés con videos de YouTube.
La diferencia no es la suerte. La diferencia es la decisión de aprender.
4. Las trampas del “esperar que todo mejore”
Una de las trampas más comunes en la vida del inmigrante es caer en la espera.
Esperar que el inglés llegue por arte de magia.
Esperar que aparezca el trabajo ideal.
Esperar que alguien te ayude con los papeles.
Esperar que cambie el gobierno para “ver si ahora sí me toca algo bueno”.
Pero la verdad, mi amigo que me estás leyendo, es que el mundo no espera por ti.
Y si tú no aprendes, no avanzas.
Cada día que no aprendes algo, es un día que te aleja de tus sueños.
Cada día que solo esperas, estás regalando tu tiempo y tu energía.
5. Aprender para sobrevivir (y vivir mejor)
¿Sabías que muchos latinos en Estados Unidos han sido estafados solo por no entender un contrato?
¿O que miles pierden oportunidades por no saber llenar un formulario correctamente?
¿O que algunos terminan en relaciones tóxicas solo por miedo a quedarse solos en un país ajeno?
Aprender no es un lujo. Es una necesidad.
Aprender inglés básico, por ejemplo, te abre puertas.
Aprender sobre tus derechos como inmigrante, te protege.
Aprender sobre finanzas, te da estabilidad.
Aprender a relacionarte con otras culturas, te hace crecer como ser humano.
6. Aprender a amar en otro idioma
En mi caso, hasta en el amor he tenido que aprender.
En una relación con una persona americana, no solo se trata de traducir palabras.
Se trata de traducir culturas, costumbres, formas de amar y hasta formas de discutir.
Aprender a escuchar, a ceder, a negociar.
Aprender que los chistes que hacían reír en Colombia no siempre funcionan aquí.
Aprender a amar en un país que no es el tuyo… también es un acto de aprendizaje.
7. Vivir entre dos mundos: Adaptarse sin perderse
Lo más difícil como inmigrante no es solo aprender lo nuevo, sino no olvidar lo viejo.
Uno quiere integrarse, pero sin dejar de ser.
Uno quiere pertenecer, pero sin traicionar su esencia.
Y ese equilibrio es un aprendizaje constante.
A veces me despierto pensando en Girardot, en el arroz con coco de mi mamá, en los vallenatos del barrio, en los domingos de mercado.
Y aunque ahora vivo en Colorado, rodeado de nieve y orden, trato de no olvidarme de quién soy.
Porque para mí, ser colombiano no es un pasaporte. Es una forma de ver la vida.
Y esa forma me ha ayudado a sobrevivir, incluso en los días más duros.
8. Aprender en tiempos de Trump y nuevas leyes
Con el regreso de Trump al poder (sí, parece que el péndulo político nunca deja de moverse), muchas leyes migratorias están cambiando otra vez.
Y eso solo me confirma lo que ya sabía:
El inmigrante que aprende, se protege.
No se trata de tener miedo, sino de estar informado.
De leer las noticias, de seguir canales de información confiables, de entender cómo funcionan los procesos legales.
Porque el desconocimiento no es excusa. Y en este país, lo que no sabes, puede costarte muy caro.
9. El secreto: No tener miedo a preguntar
Una de las cosas que más me ayudó fue perder el miedo a parecer ignorante.
¿No sabes cómo se dice “licencia de conducción” en inglés? Pregunta.
¿No sabes cómo aplicar a una ayuda del gobierno? Pregunta.
¿No entiendes cómo llenar un formulario? Pregunta.
Porque cada pregunta es una semilla de aprendizaje.
Y los que más crecen, son los que más preguntan.
10. El mensaje final: El mundo es de los que aprenden
Hoy te escribo como alguien que ha aprendido a preparar un pavo, a amar en inglés, a trabajar en silencio, a ahorrar en centavos, a leer las señales de la vida.
No soy un experto en nada. Pero cada día me esfuerzo por ser un poco más capaz.
Y eso ya es muchísimo.
Porque no quiero que el mundo me acomode. Quiero aprender a moverme dentro de él.
Y si tú, como yo, vienes de tierras latinas cargado de sueños, te digo esto con el corazón en la mano:
No esperes.
Aprende.
No temas.
Intenta.
No te calles.
Pregunta.
Mi nombre es Luigi Torres, colombiano, inmigrante, soñador y aprendiz.
Este blog es mi bitácora para ti, para mí, y para todos los que decidieron no esperar.
Hashtags:
#inmigrantecolombiano, #vidaenusa, #latinosenestadosunidos, #sueñoamericano, #historiasdeinmigrantes, #vidaenotrospais, #aprenderynoesperar, #inmigrantesinteligentes, #latinoaméricaenusa, #relatosdeinmigrantes, #vidaenestadosunidos, #aprenderparavivir, #retosdeinmigrantes, #latinosqueinspiran, #migraciónconpropósito, #vivirenusa, #trump2025, #leyesmigratorias, #idiomaingles, #retosmigratorios, #historiasreales, #aprenderidiomas, #resilienciahispana, #cambiocultural, #consejosdevida, #cocinalatina, #comunidadlatina, #blogdeinmigrantes
Comentarios
Publicar un comentario
💬 ¡Hablemos!
¿Te gustó lo que leíste? ¿Te sentiste identificado o tienes una duda sobre algo que estás viviendo aquí en 🇺🇸?
📩 Este espacio es tuyo también.
Si quieres dejarme un comentario, una pregunta o simplemente compartir tu experiencia, ¡hazlo!
Estoy aquí para escucharte, ayudarte o simplemente intercambiar historias. 🌎✨
📝 Comenta abajo o escríbeme sobre lo que quieras:
🔹 Lo que opinas del tema
🔹 Una duda sobre la vida en EE.UU.
🔹 Algo que quieras saber o compartir
🚪 ¡Bienvenido siempre a este espacio real, honesto y hecho con el corazón! 💛